Lectura 14/02/2017 Jueces 4 al 13

GUERRA
Una y otra vez el libro de jueces muestra como el pueblo de
Dios se apartaba de sus preceptos, al principio de manera sutil y luego con una
rebeldía desenfrenada, una y otra vez la consecuencia era que terminaban
adorando dioses paganos y sirviendo a sus vecinos, los enemigos que les habían
seducido con sus costumbres (enemigos a los que debieron expulsar en primera
instancia). Ante el desastre y cuando ya habían tocado fondo los Israelitas
clamaban a Dios y Él, bueno como siempre, era movido a misericordia cada vez y
les libraba para que luego el ciclo comience nuevamente. Dicho de esa manera
suena muy simple pero si miramos las historias de estas caídas vemos que para
librar al pueblo siempre había guerra de por medio, y pérdida de vidas humanas
y sufrimiento y dolor y muchos morían sin ver la anhelada libertad o la paz.
Si usted cae luego de haber conocido a Dios y luego se
arrepiente y le pide perdón Él siempre estará dispuesto a perdonarle, no cabe
duda. Pero ¿qué hay del precio que usted y los suyos habrán pagado por sus
acciones hasta que llegue su total restitución? Cuantos hay que se van al mundo
y luego vuelven a Jesús pero con su salud deteriorada, o con el corazón roto, o
con su matrimonio ya disuelto y con su cónyuge habiendo formado ya otra familia,
con sus hijos extraviados o habiendo sufrido ya la muerte de un ser amado…. Y a cuantos más les sorprende la muerte sin
que hayan llegado a arrepentirse y entonces, le aseguro, la pérdida es mucho
mayor.
Una es la guerra por la conquista de la tierra y otra la que
tenemos que pelear para recobrar la libertad si por desobedecer caemos presa
del enemigo. ¿No le parece que si cedemos terreno a la influencia de Satanás,
del mundo o de nuestra carne, la lucha
con nuestra carne, con nuestros paradigmas, con nuestra idiosincrasia puede ser
terrible, sangrienta y sin tregua? Permanezcamos firmes, no retrocedamos hasta
llegar a la meta.
*VARON ESFORZADO Y VALIENTE*
Con estas elogiosas palabras se refiere el ángel de Jehová a
Gedeón el día en que se le apareció, sin embargo el pasaje nos describe a un
Gedeón que al parecer no se consideraba a sí mismo como algo especial y
podríamos pensar que los demás tampoco le consideraban así. En efecto cuando
sabemos de él por primera vez Gedeón no se encontraba organizando al pueblo
para enfrentar a los madianitas como esperaríamos de un líder hecho y derecho
sino que se hallaba escondiendo la
producción de su granja en un lagar para procurar evitar que los madianitas se
la llevaran.
Cuando el ángel presenta el llamado a Gedeón este parece no estar
convencido y luego de poner escusas e insinuar que Dios se ha equivocado pide
una confirmación tras otra, de hecho aún después de las confirmaciones y ya al
frente del ejército de Jehová siempre parece necesitar alguna circunstancia que
lo aliente.
Con todo y esta estructura de personalidad Dios no se
equivoca, él eligió a Gedeón a pesar de su inseguridad y baja autoestima. ¿Por
qué? Bueno, podemos encontrar en él unos
rasgos de carácter que al parecer son más importantes para Dios que el carisma
o la autosuficiencia:
a)
Gedeón no deseaba liderar nada si no estaba
seguro que era Dios quien le llamaba. (6:36-40 )
b)
Dependencia completa de Dios (7:1-8)
c)
Demostración de su fe con acción (6:25-27,
7:15-22)
d)
Liderar con el ejemplo (7:17)
e)
Transferir toda gloria a Dios (7:15, 8:3,23)
f)
Rechazar enseñorearse de los demás (8:22,23)
Como todos Gedeón tiene sus defectos, y cometió algunos
errores, pero Dios se glorificó en su vida utilizándole para dar a su pueblo un
periodo de 40 años de paz. ¿Estamos dispuestos a dejar que Dios nos utilice a
pesar de nuestros defectos?
*LOS SERES HUMANOS Y EL CÁLCULO POLÍTICO*
Muerto Gedeón y ante la negativa de este de formar una
dinastía con su familia su hijo Abimelec utilizó como base a la gente de Siquem para urdir una conspiración que le
lleve al poder, el plan pasaba por matar a sus 70 hermanos. De más está decir
que tal acción no contaba con la aprobación e Dios. El versículo 9:23 dice que al
poco tiempo de que los conspiradores tomaran el poder Dios envió un ‘mal
espíritu’, que sembró división entre Abimelec y sus cómplices y terminaron haciéndose la guerra unos a otros
hasta la muerte de Abimelec que es asesinado por una mujer.
Las personas pueden los tejer planes que deseen, Dios es
quien tiene la última palabra. Cuando el quiere quita la autoridad de quien pretende
ostentarla sin su consentimiento. Las personas en todo el mundo, a lo largo de
toda la historia de la humanidad han sentido miedo de lo que puede traer el
acontecer político y el juego de poder de quienes desean gobernar, quienes
confiamos en Jehová podemos dormir tranquilos porque Él está en control. Si
miramos la historia en perspectiva desde los tiempos de Nimrod hasta ahora el
acontecer mundial ha tenido siempre una sorpresa que arruinó a último momento los
planes de aquellos que quisieron abusar de su poder para oprimir al pueblo de Dios.
*VOTO RIDÍCULO*
Jefté en el capítulo 11 promete que si ganaba una batalla
sacrificaría a Dios al primero que salga a recibirle a la vuelta de su campaña,
nunca se imaginó que su única hija fuese quien lo saliera a recibir, la Biblia
da a entender que Jefté cumplió su palabra. Eso me lleva a meditar varias cosas:
1.
¿Somos sabios y pensamos dos veces cuando
hacemos pactos o promesas ya sea a Dios o a los hombres? ¿pensamos en las
consecuencias futuras de nuestra decisión antes de asumir compromisos? Por
ejemplo, antes de adquirir una deuda ¿sabemos que podemos estar poniendo en riesgo
el futuro financiero de nuestros hijos?
2.
¿Entendemos bien el sentido de la ley? Jefté parece
muy interesado en su imagen como un tipo muy religioso y cumplido, sin embargo
sus frutos muestran lo contrario.
Primero hace un pacto con Dios que nadie (y mucho menos Dios) le pidió
hacer, luego se apega a su propia palabra tratando de mostrarse como un hombre
respetuoso de la ley que decía que debía cumplir sus votos, pero ¿se había olvidado
de que la misma ley PROHIBÍA sacrificios humanos?. En la actualidad hay grupos
religiosos (concretamente los Testigos de Jehová) que en ocasiones dejan morir
a sus miembros negándose a que estos reciban una transfusión de sangre
argumentando que la Biblia dice que no debemos beber sangre porque la vida está
en la sangre y dejan de lado el verdadero sentido de ese mandato que es
preservar la vida (y no la sangre, que absurdo). Miremos las cosas desde la
perspectiva de Dios.
3.
¿Sacrificamos a nuestros hijos en el altar de
nuestro proyecto? Jefté estuvo dispuesto a perder a su única hija con tal de
seguir siendo el poderoso líder que había conseguido ser. Cuantos padres (aún
ministros de Dios) abandonan a sus hijos, o los postergan, o los deforman con
tal de cumplir sus propios sueños y aspiraciones. Que Dios nos de sabiduría.
Comentarios