¿HUMILDAD O COMPLEJO?


 1Sa 9:21  Saúl respondió y dijo: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?


Muchas veces confundimos al complejo de inferioridad con la humildad y en realidad son cosas muy diferentes. Dios exalta al humilde, pero ser humilde no es tener complejo de inferioridad. ¿Conoce usted alguna de esas personas que constantemente se quejan de su condición y su historia?
1 Samuel 9:21 muestra a un Saúl que tenía una muy pobre autoimagen de él y de su familia, si analizamos los capítulos posteriores de la Biblia ese complejo de inferioridad y esa actitud de víctima le acompañaron por toda su vida, pero eso no le impidió ser arrogante, violento y rebelde. Una persona humilde no es aquella que se auto compadece y busca la lástima de los otros sino aquella que tiene un carácter maduro para aceptar la autoridad que está sobre sí  y obedecer las instrucciones que le son dadas. Una persona humilde no elude sus responsabilidades y cuando las ha cumplido no busca la gloria personal sino que transfiere esa gloria a Dios.

Si bien hay gente que puede estar atravesando una crisis y necesita consuelo y ánimo las crisis son pasajeras, si usted está en esa situación debe buscar ayuda, sobreponerse y superar el momento, otra cosa muy diferente es vivir en un estado permanente de auto conmiseración.
Por otro lado el que tiene complejo de inferioridad, que muchas veces parece humilde, constantemente dice cosas como ‘pobre de mí’ ‘yo no puedo’ ‘yo no tengo lo suficiente’ ‘soy un desdichado’ pero la intención detrás de esas palabras por lo general no es la de dar la gloria a Dios o la de colocarse en un lugar de sujeción sino la de despertar la lástima de los demás ¿Con qué fin podría alguien querer despertar lástima? Con el propósito de eludir una responsabilidad, como aparentemente trataba de hacer Saúl, o de obtener un trato preferencial o de que alguien les diga exactamente lo contrario de lo que están diciendo, gratificando de esa manera su ego.

Si usted se identifica con esta actitud le animo a clamar a Dios para que cambie su manera de ser y su manera de actuar y que ponga en usted la actitud serena y madura de quien tiene fe en Cristo. 



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