Somos líderes

De acuerdo con su estructura de personalidad cada uno puede sentirse más o menos atraído hacia el tema del liderazgo.

Hay personas a los que la idea de ser líderes les apasiona y otros que por el contrario esquivan el tema o consideran que el prepararse para ser buenos líderes no tiene nada que ver con ellos.

La actitud que las personas tienen  hacia el hecho de considerarse o no líderes parte del concepto que tienen de sí mismos  y del concepto que tienen de lo que es el liderazgo

Bien, primeramente debemos decir que ni la palabra líder ni la palabra liderazgo se mencionan en la Biblia, -al menos no en su versión Reina Valera- pero  la Biblia está llena de referencias a lo que es el verdadero liderazgo, ES MÁS, ESTOY CONVENCIDO DE QUE UN BUEN LÍDER SÓLO PUEDE ALCANZAR EL MÁXIMO DE SU POTENCIAL CUANDO SE APEGA ESTRICTAMENTE A LOS PRINCIPIOS BÍBLICOS.

Antes de seguir adelante déjeme comentarle lo que yo considero que es un líder, el siguiente concepto está basado en horas de meditación sobre el tema, en lo que dicen los expertos y sobre todo en los principios bíblicos de los que hablábamos hace un rato:

Un líder es alguien que influye en otras personas de tal manera de hacer con ellos un equipo y entre todos lograr un objetivo común. El líder logra que las personas de su equipo desarrollen actitudes, habilidades y acciones que sin su influencia jamás hubieran desarrollado.

Las teorías de administración nos hablan de muchas clases de líderes y estilos de liderazgo, sin embargo nuestro objetivo es abordar el tema desde una perspectiva no sólo técnica sino cristiana.

Si usted amigo que me está escuchando es un cristiano nacido de nuevo seguramente debe saber que el Señor Jesucristo, antes de  ascender al cielo nos dejó una comisión a todos los creyentes.

Mat 28:19-20  Por tanto,  id y haced discípulos  a todas las naciones,  bautizándolos en el nombre del  Padre,  del Hijo y del Espíritu Santo,  (20)  y enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado.  Y yo estoy con vosotros todos los días,  hasta el fin del mundo". 

 Amén.

 

Esta comisión nos da una vocación de líder a cada creyente así que usted no necesariamente tiene que ser un gobernante (como un alcalde, un senador, el jefe de una empresa o un pastor) para ser un líder. Cada cristiano tiene el mandato y la autoridad para influir en los que están a su alrededor convirtiéndolos en discípulos de Jesús.

El padre de familia, el ama de casa, la señora que vende en el mercado, el estudiante de colegio, la anciana, el niño …  todos somos llamados a ser líderes  y debemos estar preparados para hacerlo bien.

 



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